Inicio Anestesia Historia ANESTESIA Y GUERRA: LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL (PARTE 3) – LA HISTORIA Y LOS PERSONAJES –

ANESTESIA Y GUERRA: LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL (PARTE 3) – LA HISTORIA Y LOS PERSONAJES –

En el anterior post de esta serie nombramos la insigne figura de Sir Geoffrey Marshall (1887-1982) entonces un capitán de la Royal Army Medical Corps destinado en un hospital móvil en el frente occidental. Ya hablamos de las observaciones que realizó sobre la modificación de la tensión arterial en función del estado del paciente, la cirugía y el tipo de anestesia administrada, lo cual sirvió para mejorar notablemente la sueroterapia y para afirmar que la combinación de oxígeno, nitroso y éter permitía una recuperación mejor y más rápida. Sus hallazgos desterraron por completo el uso del cloroformo pasando de una especialidad de Cloroformistas a una especialidad de Anestesistas (sí, yo también conozco a más de un cloroformista). Este desplazamiento de éter por cloroformo ya había tenido lugar previamente en EEUU durante la guerra de secesión, fundalmentalmente debido a que el éter que se fabricaba allí era de mejor calidad en comparación con el europeo. El incremento del uso del oxígeno con óxido nitroso y éter fue el estimulante para la creación de la máquina de anestesia. El encuentro de Marshall con James Gwathmey (1863-1944) le permitió conocer una máquina diseñada por este último y que era capaz de combinar oxígeno con óxido nitroso a dosis controladas. El mismo Marshall, encargó construir a un hojalatero una máquina similar pero que permitiera administrar éter. Tras experimentar su uso con los heridos de la batalla y observar que era satisfactorio, encargó su construcción a una empresa que recomendó encarecidamente a Marshall que patentara su invento, éste hizo caso omiso (pues prefirió dedicarse a su labor en el frente). Dichos planos llegaron a las manos del capitán Henry E. Boyle (1875-1941), que si bien realizó algunas modificaciones sucesivas, ha pasado a la historia como el inventor de la máquina de anestesia o Boyle’s Machine tras patentar los planos de Marshall.

Por último acabaremos la serie dedicada a la Gran Guerra, con la contribución muy especial de otro británico: Ivan Magill (1888-1986). Éste y su colega Stanley Rowbotham trabajaban como anestesistas en el Queen’s Hospital para la atención de heridos en el frente que requerían Cirugía Plástica y Maxilofacial al frente e cuya unidad se encontraba un ilustre cirujano el Mayor Harold Gillies (al igual que Magill, posteriormente nombrado Sir). El trabajo de nuestro protagonista no era fácil, la zona quirúrgica sobre la que trabajaban incompatibilizaba el trabajo del cirujano con la ventilación del paciente. Asi es que un día Gillies le sugirió a Magill que buscase una alternativa que permitiera la anestesia del paciente sin necesidad de dormir al cirujano. El bueno de Magill entonces ideó una técnica según la cuál se podía conseguir introducir un tubo de goma en la traquea del paciente a través de las fosas nasales, impidiendo el retorno de los gases hacia la faringe mediante un taponamiento con gasas. Para ello diseñó unos pequeños forceps que facilitaban el proceso ( pinzas de Magill, evidente ¿no?). Recomendaba para la inserción de dicho tubo que el paciente estuviera en una posición que el definió como de olfatear el aire. Las innovaciones de Magill ( particularmente tozudo y perfeccionista) no acabaron ahí, ideó un laringoscopio de pala recta y luz en la punta para la intubación traqueal que aún hoy se sigue usando con alguna modificación. También hizo su incursión en el mundo de las máquinas de anestesia, diseñando una especialmente reducida en tamaño que el definió como ideal para la práctica privada de la anestesia.

Con este tercer y último post doy por finalizada la serie dedicada a la Anestesia y 1ª Guerra Mundial. Hemos visto gran cantidad de contribuciones hechas por anestesistas que han pasado a la historia de la medicina y que aún hoy perduran. No se vosotros pero yo después de esto me siento muy orgulloso de ser anestesista y a la vez muy poca cosa comparado con estas figuras.